martes, 11 de julio de 2017

¡IMPORTANTE información sobre el riesgo de ENFERMEDADES en el cultivo del arroz! 👍


http://www.edypro-online.com/noticias-y-prensa/recomendaciones-para-el-control-de-plagas

El Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias informa:

Piriculariosis (Magnaporthe oryzae):

La enfermedad ocasionada por el hongo Magnaporthe oryzae, está considerada como una de las más importantes del cultivo. Biología: Afecta a todas las partes de la planta: hojas, nudos, cuello de la panícula y panícula. El inóculo permanece en restos del cultivo anterior o en otras gramíneas que le sirven de hospedantes. La infección se inicia cuando se dan condiciones favorables para su desarrollo: humedades elevadas (>90%) y temperaturas entre 15 y 28ºC durante más de 10 horas seguidas. El rocío, la lluvia y el viento húmedo provocan la emisión de esporas y la dispersión de las mismas. Síntomas y daños: Los primeros síntomas aparecen en las partes bajas y posteriormente se observan en otras partes de la planta. En hojas se ven unas pequeñas manchas en forma de puntos que evolucionan hacia lesiones de aspecto alargado, con el centro de una tonalidad grisácea y el borde más oscuro; varias manchas pueden llegar a unirse y secar completamente la hoja afectada. La planta renueva las hojas y sigue vegetando. En los tallos se aprecia decoloración y en los nudos aparecen necrosis de color pardo oscuro. Cuando la infección se inicia en un nudo, la parte superior de la planta se seca. Esta zona suele ser un punto de rotura de la caña. En espiga puede provocar lesiones que impiden que los granos se formen correctamente. La lesión más importante se da en el cuello de la panícula y afecta directamente a la producción. Si la infección es temprana, la espiga emerge totalmente blanca y erecta puesto que los granos están vacíos. Suelen apreciarse daños a rodales. La intensidad de los daños estará en función de diversos factores, como la susceptibilidad de la variedad, el estado de desarrollo de la planta, las condiciones climáticas y el exceso de abonado nitrogenado, así como la procedencia y la sanidad de la semilla empleada. Control: Medidas culturales. Pueden adoptarse una serie de medidas culturales para disminuir su incidencia, como evitar el exceso de abonado y utilizar semilla con garantía de sanidad. Uso de variedades resistentes. La gran variabilidad del patógeno favorece la aparición de diferentes razas del mismo, por lo que la respuesta de una determinada variedad frente a la enfermedad puede ser diferente según la zona de cultivo. También hay que tener en cuenta que la susceptibilidad varietal es diferente según el órgano al que afecta; así, una determinada variedad puede ser resistente en hoja y sensible en panícula. Control químico. Si bien hay que tener en cuenta las condiciones de riesgo (humedad y temperatura, fundamentalmente), es conveniente plantear una estrategia en base a la fenología del cultivo, ya que la planta se muestra más sensible en determinados momentos. A este respecto, los estadios fenológicos críticos serán: a) Fase vegetativa: desde el final de ahijado (afillolat) hasta el inicio de la formación de espiga (inici ventrellat). Vigilar si aparecen daños en las partes bajas de la planta, tratar solo si se dan ataques intensos. b) Fase reproductiva: aparición de primeras espigas (ventrellat/ primeres espigues). Tratar si se observan síntomas. c) Fase de maduración: grano lechoso (gra lletós): vigilar el aumento de daños en la planta y la aparición de síntomas en el cuello de la panícula y en la panícula. Tener en cuenta el plazo de seguridad del producto y ajustar las fechas si hay que realizar tratamientos.





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